La decisión del individuo de ser vegetariano puede convertirse en la base para su categorización. Comer carne es típicamente considerado como fundamental para la naturaleza humana, y ser vegetariano implica violar esta percepción de la obligación dietética. Violar tal norma social puede asociar a un individuo con otros violadores de normas, conocidos colectivamente como vegetarianos. (9)
Un patrón vegetariano puede producir una categoría social distinta. Las discrepancias entre encuestas sugieren que comer una dieta vegetariana y tener una identidad vegetariana sobresaliente son construcciones distintas. (9)
Estudiar las dimensiones de la identidad vegetariana en el orden para medir las formas en que los vegetarianos internalizan sus opciones de alimentos pueden ayudar a explicar estas discrepancias y clarificar lo que significa ser vegetariano. (9)
A medida que los factores sociales contribuyen considerablemente al desarrollo de la identidad, factores como las normas culturales, los medios de comunicación, los restaurantes, la familia, los compañeros pueden dar forma a la identidad vegetariana. Las naturalezas de estos factores proporcionan significado contextual al vegetarianismo, moldean las maneras en las cuales las opciones de alimento pueden servir como base para la autocategorización, y situar a un individuo dentro de la categoría social del contexto de vegetarianos. (9)
Conocer esto puede ser de utilidad para los profesionales de la salud, médicos, profesionales de la salud mental, dietistas y nutricionistas, y otros profesionales pueden utilizar el modelo con el fin de mejorar, entender cómo sus pacientes se comprometen con el vegetarianismo. En última instancia, a través de todas las preocupaciones, es esencial conceptualizar el vegetarianismo como una identidad. (10)
Los profesionales de la nutrición necesitan conocer y diferenciar con exactitud los distintos tipos de prácticas vegetarianas, cuyos patrones alimentarios varían considerablemente, para evaluar la calidad nutricional, poder identificar posibles carencias en cada uno de ellos y planificar adecuadamente la alimentación, resultando imprescindible una evaluación nutricional personalizada. (8)
Existen barreras a la hora de la intervención nutricional que pueden conducir al fracaso y frustración tanto del profesional como del individuo vegetariano. Las mismas consisten, entre otras, en que profesionales de la Nutrición consideren al vegetarianismo como una mala elección, como a un trastorno psicológico, o posean escepticismo sobre la auténtica motivación de individuo, ignoren las diferencias entre los distintos tipos de vegetarianismos, y pretendan revertir la postura alimentaria y confrontar a la persona. (8)
Para procurar lograr una intervención nutricional exitosa se necesitará, además de una exhaustiva evaluación nutricional, una planificación de la alimentación, acordada y consensuada con cada individuo, la cual debería ser suficiente, completa, armónica, adecuada y óptima, así como asesorar, educar y guiar nutricionalmente a la persona. (8)
Actualmente no existen datos oficiales sobre la cantidad de vegetarianos en el país y lo mismo ocurre a nivel mundial donde las estadísticas son escasas y poco consistentes. Aunque no existen estimaciones fiables sobre la proporción de vegetarianos en la población general, los resultados de encuestas y sondeos han informado una prevalencia en la población de entre el 1% y el 10% en la Unión Europea, los EE.UU. y Canadá. De acuerdo con anteriores estudios en la Unión Europea, la proporción de autodefinidos como vegetarianos en la población general es de cerca del 5%.
En Estados Unidos durante el año 2006, se realizó una encuesta a nivel nacional, donde se reportó que aproximadamente el 2,3% de la población adulta de este país (4,9 millones de personas) ha seguido de forma consistente una dieta vegetariana, indicando que no consumían carne, pescado o aves de corral. En el año 2009 se volvió a realizar la misma encuesta nacional y el número de vegetarianos reportado en este caso ascendió al 3% del total de estadounidenses que nunca consumían carne, pescado o aves de corral. Del total de vegetarianos entre el 25% y el 33% indicaron no consumir tampoco lácteos, huevos y miel clasificándose como veganos (1% del total de la población del país). Por otro lado en Inglaterra según el Departamento de Salud y la Agencia de Normativa Alimentaria (FSA) en la Encuesta Nacional de Dieta y Nutrición del año 2012, el 2% del 7% los adultos y los niños informaron que eran vegetarianos. Menos del 1% reportó que siguen una dieta vegana. (10)
Un gran número de personas en todo el mundo siguen dietas vegetarianas, pero en la mayoría de los países son sólo una pequeña proporción de la población. India es una excepción notable porque una proporción sustancial de sus habitantes, tal vez aproximadamente 35%, sigue un dieta vegetariana tradicional y lo ha hecho durante muchas generaciones. Más mujeres que hombres son vegetarianos o eligen disminuir el consumo de carne. Hasta donde se conoce, no existen estadísticas confiables en nuestro país en relación a este tema. (10)