Las proteínas de origen vegetal suelen ser adecuadas para satisfacer los requerimientos cuando provienen de una variedad suficiente de alimentos. Su ingesta a lo largo del día alcanza para proveer todos los aminoácidos esenciales y asegurar el balance de nitrógeno en adultos saludables, sin necesidad de ajustes en cada comida en particular.
Los requerimientos proteicos totales no difieren según las fuentes de los mismos, aunque las dietas monótonas pueden experimentalmente variar la eficiencia del uso de nitrógeno probablemente por la menor digestibilidad de algunas fuentes. Por lo tanto, algunos autores aconsejan ajustar la indicación proteica en personas que basen su alimentación exclusivamente en vegetales con menor coeficiente de digestibilidad tal como la mayor parte de los cereales o incluir regularmente legumbres. (10)
Los cereales tienen bajo contenido de lisina, por lo que al evaluar dietas de personas vegetarianas deben considerarse fuentes de lisina tales como las legumbres o equivalentes. En términos generales, tanto lacto-ovo–vegetarianos como veganos suelen presentar un balance nitrogenado adecuado al igual que atletas con el mismo tipo de alimentación. (10)
Fuentes alimenticias de proteínas
Pseudocereales (Quinoa, Mijo, Trigo Sarraceo, Teff, Lupino)
Legumbres todas
Nueces y semillas, entre ellas, almendras, avellanas, nueces mixtas, maní, mantequilla de maní, semillas de girasol o nueces de nogal
Tofu, tempeh (fermento de soja) y otros productos de proteína de soja
Trigo entero, germen de trigo, avena, maíz, cebada, centeno (11)